La primavera es la estación del amor, dicen algunos, y antiguamente las enamoradizas deshojaban una margarita para saber qué ocurría con el amor de príncipes soñados. Me quiere mucho, poquito o nada. Arrancaban los pétalos recitando…me quiere mucho, poquito o nada…y retomaban la secuencia hasta que el último pétalo definía cuánto amor había en su idílica relación.
Elige una margarita, una flor cualquiera, pero ¿qué flor le garantizaba el resultado deseado…me quiere muuuuucho?, ¿Se puede saber de antemano qué tipo de flor elegir? La respuesta es si, ya que un tal Leonardo de Pisa, llamado Fibonacci (1170-1240) estudió una secuencia de números, que es de la forma:
0, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55,… es muy fácil continuarla, observa con atención cada término es suma de los dos anteriores, así resulta que
1 = 0+1, 2= 1+1, 3= 2+1, 5= 2+3, 8= 5+3, y así sucesivamente.
Pero te preguntarás que tiene que ver con la niña enamoradiza y el deshojar de la margarita…es que las margaritas tienen 13, 21 o más pétalos, esto dependerá de la variedad, y es muy probable que no resulte lo más deseado.
Y ¿por qué esto? Pues si observas con atención la mayoría de las flores tienen 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55,…pétalos. Si la cantidad de pétalos de las flores cumple con algún número de la sucesión de Fibonacci. ¡Qué curioso que algo tan frío y distante de la realidad, como creen algunos que es la matemática, coincide con lo más bello de la naturaleza!
Entonces volvamos a la enamoradiza, que sabiendo de Fibonacci, obviamente no elegiría una cala ya que no tiene mucho que deshojar y es una flor poco romántica, tampoco una alegría del hogar ya que con cinco pétalos el resultado será me quiere poquito. Pero atención…hay que seleccionar una flor que al terminar la secuencia, el último pétalo sea para el “me quiere mucho”, así que elige una flor con 13, 34, o 55 pétalos ya que la cantidad deberá ser tal que al dividir por 3, sobre un pétalo. Luego la matemática también te ayudará a cumplir tus sueños y conociendo la secuencia de Fibonacci no te equivocarás al elegir la flor que defina el amor que te profesa tu príncipe.
Aunque no sea una flor, para asegurarse el mejor resultado es conveniente deshojar un trébol que con suerte es de 4 hojas.
Miryam J. Mazzitelli